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Querétaro

SÓTANO DEL BARRO

[tg_header title=”” subtitle=”EN EL ESTADO DE QUERETARO”]

Después de cruzar diversos ecosistemas (semidesierto, montaña, bosque) que disputan alternadamente la majestuosidad escénica, llegamos a un camino de terracería que transcurre entre montañas, valles y casas de adobe hasta llegar al albergue ecoturístico de Santa María de Cocos, antesala del Sótano del Barro.

 

Sótano del Barro 2

 

A las cuatro de la madrugada empezamos la caminata bajo una bóveda celeste infinita. Las montañas que rodean la comunidad de Cocos crean un embudo natural que aísla de todo resplandor aledaño. La oscuridad es inmensa, tanto que la intención inevitablemente se dirige hacia arriba, y es que el polvo de estrellas baña los ojos y renueva la mirada. Quedan ya muy pocos lugares donde esto puede verse, así de vasto, así de presente.

 

Sótano del Barro 3

 

Comienza a clarear. Son las seis de la mañana. Han pasado dos horas desde que salimos del albergue cuando, entre grillos, escuchamos al guía indicar el fin del trayecto.

 

Sótano del Barro 9

 

Tres rocas a la derecha y estamos, de pie, porque el respeto así lo amerita, frente al Sótano del Barro. Es una imagen que hace enmudecer, y es que postrarse frente a un abismo de más de 200 metros de radio y 500 de tiro vertical hace temblar las piernas y despierta la mente al reconocimiento humilde de nuestra inminente pequeñez.

 

Sótano del Barro 8

 

El Sótano respira hondo y exhala el sereno, la humedad profunda de la tierra virgen. Son las 6:30 de la madrugada. “Ya vienen”, advierte el guía. De las entrañas emana una voz salvaje, brutal, que resuena en cada poro de la piel. La última colonia de guacamayas verdes (ari militaris) del centro del país despierta en lo más recóndito del abismo. 50 aves majestuosas en pleno vuelo dibujan una estela de energía espiral que estalla al alcanzar la boca del Sótano. Una algarabía de color, de sonido, de libertad plena.

 

Sótano del Barro 6

Las guacamayas vuelan en pares. Cuando alguna pierde a su pareja, volará sola por lo que le reste de vida. De dos en dos, algunas de a una, se pierden detrás del monte con rumbo a la Presa Infiernillo. Como cada día, después de dos horas y un desayuno a base de mocoques (pepinos silvestres), las guacamayas regresan al sótano, en la misma formación de salida, para atender a sus crías. La luz del sol es oblicua. El color radiante de su plumaje y la realeza de su vuelo se aprecian en todo su esplendor. La misma algarabía, pero en reversa. Después, silencio.

 

[tg_accordion icon=”fa-dashboard”  title=”Distancia y Tiempo” close=”1″]A 350 kilómetros de CDMX. 5 hrs en automóvil.[/tg_accordion]

[tg_accordion icon=”fa-map-marker”  title=”Como llegar” close=”1″]Por la autopista México Querétaro, tomar la carretera 120 con dirección a San Juán del Río – Tequisquiapan rumbo a la Sierra Gorda. Llegar hasta el poblado de Jalpan. Justo en la entrada a Jalpan, tomar la desviación a la izquierda por la carretera 69 rumbo a Río Verde y a 20 kms, en el poblado de Puerto Ayutla, desviarse a la izquierda por el camino de terracería (25 km) hasta la comunidad de Santa María de Cocos.[/tg_accordion]

[tg_accordion icon=”fa-cutlery”  title=”Donde comer” close=”1″]En el albergue de Santa María de Cocos existe un pequeño comedor. No hay un menú establecido, pero los encargados del albergue pueden preparar platos sencillos bajo pedido [/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-bed”  title=”Donde dormir” close=”1″]
• El albergue de Santa María de Cocos cuenta con 4 cabañas que pueden acomodara hasta 25 visitantes, todas con cama matrimonial, baño y regaderas
• También se pueden montar tiendas de campaña
.[/tg_accordion]
Querétaro

CUATRO PALOS

[tg_header title=”” subtitle=”EN EL ESTADO DE QUERÉTARO”]

Aquí no pasa nada y encima de eso no hay nadie. Es como un pueblo fantasma en medio de la sierra, donde la niebla ha envuelto a sus habitantes hasta hacerlos desaparecer. A lo lejos comienzan a distinguirse algunas siluetas, como si la niebla, sabedora de nuestra presencia, los devolviera para concretar un encuentro. Son Silvano y José, dos guías capacitados de la comunidad quienes nos conducirán hasta el mirador, atractivo principal del lugar.
Algo transformador comienza a gestarse… Cuarenta minutos después estamos en el mirador y, de pronto, uno empieza a percibir la magia de lugar: lo inexplicable que afina los sentidos, serena la mente y aleja las expectativas. Sólo entonces uno se percata de que aquí pasa todo.
 

Cuatro Palos 1

 

EL TIEMPO
Todo pasa aquí, pasa lento, pasa rápido. La mirada recorre en calma la inmensidad del paisaje. Las nubes pasan con igual lentitud. Halcones y zopilotes trazan sinuosas figuras. El sol toma su tiempo y matiza la escena con sombras. De pronto, un sonido sorprendente: calandrias y golondrinas, curiosas de nuestra presencia, desgarran el aire como proyectiles a escasos centímetros de nuestra cabeza. Es el aire el elemento que imprime la rapidez. A la distancia, quizá a muchos kilómetros, se escuchan perros, patos, burros, sonidos que viajan velozmente hasta nuestros oídos.

 

Cuatro Palos 2

 

EL REGRESO
Conforme regresamos del mirador, las plantas que rozan nuestro andar despiden mil aromas. Los guías invitan a una degustación de hierbas de monte y semillas de vainas silvestres, como el efé. El regreso transcurre en medio de una fiesta sensorial que continúa hasta la cafetería-mirador de Cuatro Palos, donde Doña Beatriz y Doña Juliana nos reciben con comida serrana típica y exquisito pulque.
La lluvia arremete y se adueña del lugar hasta transcurrida la sobremesa. Salimos de la cafetería para encontrar un lugar de ensueño, una imagen emblemática del México rural: el olor de la tierra mojada, el sonido del agua dibujando veredas, el silencio de la niebla que desciende de las montañas, el juego de luces al atardecer y la sonrisa de su gente.

 

Cuatro Palos 7Cuatro Palos 5

 

LA DESPEDIDA
Con el amanecer la sierra renace y todo se llena de vida, en ése pasar de nuevo. Nosotros levantamos el campamento y nos vamos con nuevo copiloto: Doña María, una de las ancianas del pueblo.
– ¿Doñita, aquí en Cuatro Palos todavía hablan Otomí?
– No jóvenes, aquí hablamos nuestra plática, declaramos las palabras.
Puntos suspensivos

 

Cuatro Palos 9

 

[tg_accordion icon=”fa-dashboard”  title=”Distancia y Tiempo” close=”1″]A 350 kilómetros de CDMX. 4:30 hrs en automóvil. Ver ruta.[/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-map-marker”  title=”Como llegar” close=”1″] Por la autopista México Querétaro, tomar la carretera federal no. 120, por la localidad de La Cañada se encuentra la desviación hacia Cuatro Palos.[/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-cutlery”  title=”Donde comer” close=”1″] En el comedor de Cuatro Palos.[/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-bed”  title=”Donde dormir” close=”1″]No hay hotel ni cabañas, solo se puede acampar.[/tg_accordion]

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