
[tg_header title=”” subtitle=”EN EL ESTADO DE MORELOS”]
Muy cerca de la Ciudad de México, al sur de la cordillera del Corredor Biológico Chichinautzin, justo en pleno bosque de pinos de altura y pastizales, se encuentra un destino de especial interés para los amantes de la tierra; una zona que alberga a los recientes o jóvenes volcanes de la Faja Volcánica Transmexicana: los Cuexcomates, o volcanes miniatura.
AMANECE
Iniciamos nuestro recorrido cerca de las 8 am, es temprano y aún hace frío, pero a cambio no sólo disfrutamos de las emotivas escenas de luz de amanecer filtrándose entre los árboles sino que evitamos el intenso calor del medio día, pues por ser territorio volcánico el suelo se calienta más de lo habitual.
Nuestra referencia es el Cerro de las Tres Cumbres, la mayor elevación del estado de Morelos, hacia allá nos dirigimos. Con el canto de los gorriones cachetes oscuros como música de fondo nos internamos en el bosque en búsqueda de estos raros volcancitos de 730 años de antigüedad.
Nuestra referencia es el Cerro de las Tres Cumbres, la mayor elevación del estado de Morelos, hacia allá nos dirigimos. Con el canto de los gorriones cachetes oscuros como música de fondo nos internamos en el bosque en búsqueda de estos raros volcancitos de 730 años de antigüedad.
LA ZONA VOLCANICA
Después de atravesar campos de cultivo de avena y árboles de pinos, ailes y alguno que otro capulín, llegamos al territorio basáltico de los Cuexcomates. Rocas volcánicas comienzan a poblar el suelo y el andar, además de cauteloso se torna caluroso, y no es que estén activos sino que absorben bastante del calor de la luz solar.
A la distancia aparece el tatacuexcomatl, el más grande de ellos, con menos de 18 metros de altura.
A la distancia aparece el tatacuexcomatl, el más grande de ellos, con menos de 18 metros de altura.

Nos acercamos para ascender al cráter, pero justo antes de llegar encontramos los respiraderos de los tubos de lava. Ingresamos por un hoyo en el suelo y nos internamos a gatas, cuidadosamente, en el sistema de túneles. Se entra por una cavidad a ras de suelo y se sale por allá, por un tragaluz, en un recorrido tubular muy divertido.
LAS INMEDIACIONES
En una zona de aproximadamente un kilómetro cuadrado hay otros Cuexcomates más. A la mayoría se puede subir, bordear y explorar los pequeños cráteres, aunque no a todos se puede descender, pues algunos tienen paredes de varios metros con roca volcánica bastante abrasiva mezclada con plastas de metal (fierro) fundido y amalgamado a la roca misma.

Estar en la naturaleza es de por sí reconfortante, pero hacerlo bajo la guía de un experto hace que los sentidos descifren la magia intrínseca en aquello que nuestros ojos ordinarios no alcanzan a percibir; aquella que está más allá del paisaje y que sólo se encuentra en el conocimiento. Jorge Neyra es el experto que te lleva a los Cuexcomates.
[tg_accordion icon=”fa-dashboard” title=”Distancia y Tiempo” close=”1″]A 80 kilómetros de CDMX. 1 hr en automóvil. Ver Mapa.[/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-map-marker” title=”Como llegar” close=”1″] Por la autopista México-Cuernavaca hasta el monumento a Morelos en Hutzilac.[/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-cutlery” title=”Donde comer” close=”1″]En el restaurante Los Venados sobre la autopista México-Cuernavaca.[/tg_accordion]
[tg_accordion icon=”fa-bed” title=”Donde dormir” close=”1″]No existen servicios de hospedaje. Por ser una actividad de un sólo día, se puede trasladar a DF o Cuernavaca para pernoctar[/tg_accordion]